viernes, 3 de octubre de 2008

La literatura

¿Os habéis preguntado en alguna ocasión qué es la Literatura? ¿Y para qué sirve?

Tal vez, muchos de vosotros la veis simplemente como una asignatura que, junto con el estudio de la Lengua castellana, os presenta más o menos dificultades para aprobar. Sin embargo, durante estos inicios de curso intentaremos acercarnos a ella de modo que comprendáis que tiene otros muchos significados y que a través de la misma podemos embarcarnos en aventuras y en mundos totalmente enriquecedores y cautivadores.

1. LA LITERATURA

Comenzamos con dos textos que tratan de un mismo tema: el acordeón. Observaréis que son bastante diferentes. Después de su lectura, indicad cuál de ellos os parece literario y razonad vuestra elección con argumentos que sirvan para ratificarlo.

ELOGIO SENTIMENTAL DEL ACORDEÓN

¿No habéis visto, algún domingo al caer de la tarde, en cualquier puertecillo abandonado del Cántábrico, sobre la cubierta de un negro quechemarín o en la borda de un patache, tres o cuatro hombres de boina que escuchan inmóviles las notas que un grumete arranca de un viejo acordeón?
Yo no sé por qué, pero esas melodías sentimentales, repetidas hasta el infinito, al anochecer, en el mar, ante el horizonte sin límites, producen una tristeza solemne.
A veces, el viejo instrumento tiene paradas, sobresalientos de asmático; a veces, la media voz de un marinero le acompaña; a veces, también, la ola que sube por las gradas de la escalera del muelle, y que se retira después murmurando con estruendo, oculta las notas del acordeón y de la voz humana, pero luego aparecen nuevamente y siguen llenando con sus giros vulgares y sus vueltas conocidas el silencio de la tarde del día de fiesta, apacible y triste.
Y mientras el señorío del pueblo torna del paseo; mientras los mozos campesinos terminan el partido de pelota, y más animado está el baile en la plaza, y más llenas de gente las tabernas y las sidrerías; mientras en las callejuelas, negruzcas por la humedad, comienzan a brillar debajo de los aleros salientes las cansadas lámparas eléctricas, y pasan las viejas, envueltas en sus manteos, al rosario o a la novena, en el negro quechemarín, en el patache cargado de cemento, sigue el acordeón lanzando sus notas tristes, sus melodías lentas, conocidas y vulgares, en el aire silencioso del anochecer.
¡Oh la enorme tristeza de la voz cascada, de la voz mortecina que sale del pulmón de ese plebeyo, de ese poco romántico instrumento!
Es una voz que dice algo monótono, como la misma vida; algo que no es gallardo, ni aristocrático, ni antiguo; algo que no es extraordinario ni grande, sino pequeño y vulgar, como los trabajos y los dolores cotidianos de la existencia.
¡Oh la extraña poesía de las cosas vulgares!
(Pío Baroja: Paradox, rey).
















Acordeón

El acordeón es un instrumento musical de viento conformado por un fuelle, un diapasón y dos cajas armónicas de madera.

En sus dos extremos el fuelle está cerrado por las cajas de madera. La parte de la mano derecha del acordeón tiene además un "diapasón" con un arreglo de teclas que pueden ser como las de un piano (Acordeón a piano) o teclas redondas (también llamadas botones) (Acordeón cromático) dependiendo del tipo de acordeón; la parte de la mano izquierda tiene botones en ambos tipos de acordeón para tocar los bajos y acordes de acompañamiento. Es muy popular en País Vasco y Navarra (España), París (Francia),Paraguay, Argentina, México, Colombia, Panamá y República Dominicana por su vinculación con el folklore.

Estas cajas de madera contienen cajas de madera más pequeñas en las que se encuentran los "pitos". Estos son lengüetas metálicas que vibran con el aire y generan el sonido del acordeón.

Para cada caja de madera juegan cierto número de llaves o teclas, para seleccionar los sonidos a emitir. Estas cajas de madera, contienen unos conductos por los que pasa el aire a las cajas musicales directamente a través de los pitos que emiten las diferentes notas musicales. En su estado normal todos estos conductos se mantiene bloqueados por una tapa de madera con la fuerza de los resortes correspondientes a cada tecla. Estos resortes se sostienen en una varilla transversal. Las teclas respectivamente se comunican con "palancas" que mueven las tapas de madera. Al presionar una tecla, la tapa de madera se abre por el tiempo deseado y posteriormente será regresada a su posición inicial mediante la acción de los resortes.

Para hacer sonar una nota musical, basta con hacer fluctuar el aire abriendo o cerrando el acordeón mientras se presiona una o varias teclas. Dependiendo del tipo de acordeón, el sonido emitido puede o no variar al abrir y cerrar el acordeón mientras se presiona la misma tecla.

Existen muchos tipos de acordeón, acordeón cromático, acordeón de teclas, acordeón diatónico... Las técnicas para tocar el acordeón cromático y el de teclas son idénticas en la mano izquierda, pero para la mano derecha varían enormemente.

(De Wikipedia)

2. LOS GÉNEROS LITERARIOS

Cuando os acerquéis a los textos literarios observaréis que tienen algunos rasgos en común, pero además, y sobre todo, os daréis cuenta de que presentan diferencias que los hacen especiales frente al resto de los textos. Ahora, leed los que se os presentan a continuación y anotad aquellas características que los hacen peculiares frente a los demás.


Oscureciendo el bosque
Toda esta hermosa tarde, de poca luz,
caída sobre los grises bosques de Inglaterra,
es tiempo.
Tiempo que está muriendo
dentro de mis tranquilos ojos,
mezclándose en el tiempo que se extingue.
Es en la vida todo
transcurrir natural hacia la muerte,
y el gratuito don que es ser, y respirar,
respira y es hacia la nada angosta.
Con sosegados ojos miro el bosque,
con tal gracia latiendo
que me parece un soplo de su espíritu
esa dicha invisible que a mi pecho ha venido.
Cual se cumple en el hombre
también se ha de cumplir la vida de la tierra;
la débil vecindad que es realidad ahora,
distancia tenebrosa será luego,
toda será negrura.
Miro, con estos ojos vivos, la oscuridad del bosque.
y una dicha más honda llega al pecho
cuando, a la soledad que me enfriaba,
vienen borrados rostros, vacilantes
contornos de unos seres
que con amor me miran, compañía demandan,
me ofrecen, calurosos, su ceniza.
Cercado de tinieblas, yo he tocado mi cuerpo
y era apenas rescoldo de calor,
también casi ceniza.
y sentido después que mi figura se borraba.
Mirad con cuánto gozo os digo
que es hermoso vivir.

(Francisco Brines)






La papelera

Por lo menos había visto a siete u ocho personas, ninguna de ellas con aspecto de mendigo, meter la mano en la papelera que estaba adosada a una farola cercana al aparcamiento donde todas las mañanas dejaba mi coche.

Era un suceso trivial que me creaba cierta animadversión, porque es difícil sustraerse a la penosa imagen de ese vicio de urracas, sobre todo si se piensa en las sucias sorpresas que la papelera podía albergar.

Que yo pudiera verme tentado de caer en esa indigna manía era algo inconcebible, pero aquella mañana, tras la tremenda discusión que por la noche había tenido con mi mujer, y que era la causa de no haber pegado ojo, aparqué como siempre el coche y al caminar hacia mi oficina la papelera me atrajo como un imán absurdo y, sin disimular apenas ante la posibilidad de algún observador inadvertido, metí en ella la mano, con la misma torpe decisión con que se lo había visto hacer a aquellos penosos rastreadores que me habían precedido.

Decir que así cambió mi vida es probablemente una exageración, porque la vida es algo más que la materia que la sostiene y que las soluciones que hemos arbitrado para sobrellevarla. La vida es, antes que nada y en mi modesta opinión, el sentimiento de lo que somos más que la evaluación de lo que tenemos.

Pero si debo confesar que muchas cosas de mi existencia tomaron otro derrotero.

Me convertí en un solvente empresario, me separé de mi mujer y contraje matrimonio con una jovencita encantadora, me compré una preciosa finca y hasta un yate, que era un capricho que siempre me había obsesionado y, sobre todo, me hice un transplante capilar en la mejor clínica suiza y eliminé de por vida mi horrible complejo de calvo, adquirido en la temprana juventud.

El billete de lotería que extraje de la papelera estaba sucio y arrugado, como si alguien hubiese vomitado sobre él, pero supe contenerme y no hacer ascos a la fortuna que me aguardaba en el inmediato sorteo navideño.

(Luis Mateo Díez)



El maestro de danzar, de Lope de Vega)

Mita- Mira.

Climando- Vaya tío. ¿Qué hace ahí?

Mita- Me viene siguiendo. También le deben de gustar mis rodillas.

Climando- No. A ese no. Tiene mal aspecto. A los hombres de mal aspecto no le gustan tus rodillas.

Mita- Pero me sigue.

Climando- No tengas miedo. No se atreverá a meterse con los dos. En todo caso, si nos puede, llamamos a Apal para que nos ayude.

Mita- ¿No ves que Apal está dormido?

Climando- Le despertamos.

Mita- Bueno, será mejor.

Climando- Se ha parado.

Mita- Nos mira.

Climando- ¿Te ha dicho algo?

Mita- No, sólo me ha enseñado la cartera.

Climando- ¿Tenía muchos billetes?

Mita- La cartera llena.

Climando- Entonces, ¿por qué te perseguirá? ¡Qué hambrón! Cuanto más se tiene más se quiere. Fíjate, encima de que tiene la cartera llena de billetes te quiere a ti.

Mita- Sí, es un exagerado.

Climando- Pues no le alabo el gusto, con lo sucia que estás hoy.

Mita- Es verdad, estoy muy sucia.

Climando- Además, tú no le puedes gustar. El no conoce las mejores cosas de ti. El no sabrá que tú sabes andar metida en un barril, ni que dibujas con los dedos de los pies en la arena, ni que haces pajaritas de papel. Como él no sabe estas cosas tú no le puedes gustar.

Mita- Sí, claro.

(Fernando Arrabal: El triciclo)

3. Los recursos literarios

En ocasiones, al leer textos literarios, te habrás encontrado con expresiones llamativas, con asociaciones extrañas, con aparentes sinsentidos. ¿Te has preguntado alguna vez por qué utilizan los autores esas "formas de decir"? ¿Y has leído o escuchado algo parecido en esas canciones que a ti te gustan y a menudo cantas?

¿Qué tal te suena lo que tienes a continuación? Trata de explicar lo que te tengan de sorprendente.

¿A qué sabe el dolor?

Y si hay que morir mejor será luchando, Y si hay que vivir será pensando en ti.

Voy de antro en antro como un gato sin tejado al que nadie le enseñó a caer de pie.

Aunque casi te confieso que también he sido un perro compañero un perro ideal que aprendió a ladrar y a volver al hogar para poder comer.

La vida no es un bloc cuadriculado sino una golondrina en movimiento que no vuelve a los nidos del pasado porque no quiere el viento.

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